Se podría decir que estas han sido las navidades más vagas y diferentes de mi corta vida. ¡Ah! FELIZ AÑO NUEVO A TODOS. (Casi se me olvidaba que ya hemos dejado atrás ese año maravilloso en nuestras vidas). Podría dedicar una sola entrada para el año 2014, uno de los mejores, si no el mejor, de mis 16 años. Aunque en un mes, ¡ya tendré 17! Como pasa el tiempo... Bueno, como siempre yo desviándome de lo que os quería contar. La semana de lo más propiamente dicho Navidad, fue algo familar. Muy muy diferente. Se sentía Navidad pero a la vez no. La verdad es que las navidades han estado muy bien. He estado ocupada y así no me ha dado tiempo a pensar en todo lo que me he "perdido" en casa. No en un sentido negativo. Todos por aquí han hecho de esto algo bonito y diferente, aunque por mucho regalo, decoración, luces, villancicos, películas de la temporada navideña... No parecía Navidad en muchos sentidos. Es lo que pasa cuando te sacan de lo que llevas haciendo desde que naciste, aunque en ningún momento digo que no he estado a gusto. El día 25, me despertaron demasiado pronto... (no me gusta madrugar). Debajo de aquel árbol había más regalos... Para mí que no estoy acostumbrada a abrir regalos tan pronto, fue otro aspecto diferente. Y además, me regalaron demasiadas cosas. Una tradición aquí, es dejar abrir un sólo regalo a los niños y siempre suele ser un pijama. Nosotras recibimos el mismo pijama con la bandera canadiense, y todos mis amigos también recibieron un pijama. Curioso ¿eh? Ese mismo día comimos con una parte de la familia.
Durante las vacaciones había patinaje sobre hielo gratuito, y como no, mis amigos y yo disfrutamos de ello como niños. Pero, que depresión al estar patinando y niños de... alrededor de 5,6 en adelante o ¡incluso más pequeños! patinando mejor que tú...
He tenido tiempo para todo en estas vacaciones, hemos tenido también muchas "sleepovers" donde nos quedábamos a dormir. He estado muy a gusto. Aunque claro, ya por último destacar que como no, he echado de menos a mi familia. Pero ha sido un echar de menos bueno, en el que he podido disfrutar de mi experiencia al máximo, con ellos, mi familia y mi gente en mi corazón. También me he podido sentir más cerca de casa bailando flamenco. He intentado bailarles a toda mi familia aquí, y se han quedado pasmados. Con las castañuelas, la falda, los zapatos de tacón... ¡Con todo!