Muchos no sabréis que significa esa palabra, pero tranquilos, yo tampoco lo sabía jajaja :) En una palabra COCINAR ALGO TÍPICO DE TU PAÍS. Sí, suena estupendo, muy bonito, pero el problema aparece cuando no has cocinado nunca, o sólo lo has hecho un par de veces con tu madre al lado diciéndote: "no, así no; tiene que ser a fuego lento; ¡apaga ya que se quema!" Y yo desgraciadamente no tengo ese don de familia tan estupendo que es saber cocinar. Primero, entre que soy muy patosa y miedosa, y segundo, cuando pregunto cuanto tiempo tienen que estar las cosas al fuego sólo escucho esta respuesta: "ay hija, yo es que lo hago a ojo". A mí me parece estupendo que mi abuela, o mi madre lo hagan a ojo, pero que queréis que os diga, a menos que se saquen su ojo y me le presten un ratito yo no se como hacer las cosas. Así que todo esto se me planteó como una "aventura", otra más para la lista.
Físicamente, la tortilla era mucho más bonita en casa, cuando la hacía con ayuda. Por una parte, no tenían sartén de tamaño plato estándar, patatas distintas, distinto aceite... Distinto todo. Intenté hacer dos para llevar pero una exteriormente estaba muy mal, así que decidimos comérnosla en casa nosotros, y ¡sorpresa! estaba bastante bien de sabor. Aviso, si intentáis hacer una tortilla fuera de casa, nunca va a saber igual ni a estar en presencia igual.
Cuando llegamos a casa de nuestras amigas internacionales, pusimos todos los platos en la barra y la verdad es que todo tenía muy buena pinta. Pan de queso desde Brasil, brigadeiro también desde Brasil, pasta desde Italia, crèpes desde Bélgica, no me acuerdo del nombre desde Suecia, Tailandia, Canadá, Holanda y Noruega. Acabé como una bola de tanto comer, porque claro intentas hacer hueco para un poco de todo. Muuuuuuy muuy rico, delicioso pero con muchas calorías...
Además nos quedamos a pasar la noche, y como no hicimos una hoguera y comimos nubes... que vicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario